La ética es la parte de la filosofía que reflexiona sobre el hecho moral, es decir, sobre lo que está bien o está mal. Así, pues, en nuestro día a día, nos ajustamos a ciertos principios o normas que guían u orientan nuestra conducta. De este modo, podemos distinguir lo que es bueno de lo que no lo es, lo correcto de lo incorrecto
Ética Personal:
La ética puede aplicarse a la vida personal de alguien, que contempla no solo sus relaciones con la familia, los amigos y la pareja, sino también su relación consigo mismo y la forma en que actúa y toma decisiones en función de sus valores morales fundamentales.
Ética en la vida Profesional:
El comportamiento ético, además, dota al profesional de prestigio y reputación, lo hace confiable y demuestra sus capacidades no solo en el plano de la ejecución de sus tareas, sino en la forma de hacerlas, con sujeción a las normas morales.
Ética Social
La ética aplicada a la vida social en general se demuestra en valores como el respeto, la tolerancia, la honestidad, la inclusión y la igualdad. Así, la ética social aparece en todas las relaciones que mantenemos con los otros por distintas razones, que pueden ser económicas, políticas, laborales, ciudadanas o, incluso, circunstanciales.
Ética Ciudadana
Practicamos ética ciudadana al relacionarnos con respeto y responsabilidad con el otro y con el espacio en que vivimos y que compartimos con otras personas, como la ciudad, el barrio, la calle, incluso nuestra residencia o nuestro piso,
A manera en que nos relacionamos con el medio ambiente implica ciertas normas éticas, que se basan en el respeto y cuidado de la naturaleza, los animales, los recursos y el equilibrio ecológico de un lugar.
La ética medioambiental está también en la forma en que tratamos los desperdicios que producimos y en la utilización consciente y responsable de los recursos que pone la naturaleza a nuestra disposición.